Imaginemos un mundo sin traducción

Sin traducción, el mundo sería un lugar más aburrido, más pobre y más desigual, tanto económica como culturalmente, donde solo unos felices pocos con conocimiento de otros idiomas podrían tener acceso a bienes, información y cultura de otros países.

Durante miles de años la traducción ha venido aceitando las ruedas de la interacción humana y ha ayudado a las civilizaciones a evolucionar. Hoy, ¿podríamos imaginar un mundo sin servicios online, sin noticias de otros países, libros o subtítulos en tu serie favorita? ¡Sin traducción, no hay diversión!

Pero no termina ahí la cosa: en un mundo sin traducción, el comercio internacional sería más complicado, dado que requiere de traducciones de contratos, formularios, instrucciones, especificaciones, etc. Elegir la tecnología más atractiva o el electrodoméstico más novedoso sería mucho más difícil, o directamente imposible.

Incluso, antes de comprar un artículo o contratar un servicio, o hacer una reserva para viajar al exterior, muchos desean información para poder comparar. Si no encuentran la información en un idioma que entiendan, seguramente realizarán la compra en otro sitio: los estudios muestran que el 75% de los consumidores prefieren comprar productos en su propio idioma. Sin traducción, la compra online se limitaría a los mercados nacionales.

¿Y tu celular? Con un click podés configurarlo en el idioma que prefieras, y lo mismo ocurre con las apps que le instalás. Esto incluye también idiomas raros con menor difusión. Por eso la traducción brinda otro servicio más: mantiene esos idiomas vivos en el mundo moderno.

La traducción profesional nos ayuda en nuestra vida cotidiana. El trabajo en sí mismo suele ser invisible. Pero está a nuestro alrededor. Es difícil imaginar la vida sin traducción.

30 de septiembre * Día Internacional de la Traducción *