Los buenos traductores son auténticos escritores. Producen textos que venden, fáciles de leer y de comprender. Hablan bien los idiomas que traducen, pero eso no es lo más importante, sino su aptitud para trasladar la esencia del mensaje con la terminología y el estilo adecuados al idioma de destino. El bilingüismo es algo diferente. Hablar dos idiomas no presupone capacidad para trasladar un mensaje escrito. Además, es bastante habitual que las personas que se proclaman bilingües sobrevaloren su talento para comunicar.
- Ser bilingüe no supone automáticamente escribir bien, ni mucho menos ser un buen traductor.