Desafíos ortográficos para el Traductor

La lengua es dinámica y se va modificando con sus hablantes. Según la RAE, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en la palabra «solo» y los pronombres demostrativos «este», «ese» y «aquel» (y sus formas plurales y femeninas), incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es ahora la de no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Para quien escribe también hay recursos como los sinónimos («solamente», «únicamente»), una buena puntuación, o la elección de un orden diferente de las palabras para otorgar claridad al texto.

Fueron muchos años de escribir con tilde, presentando textos inequívocos. Ahora el traductor y el lector deben prestar más atención frente a posibles confusiones. Podremos encontrarnos con cosas como «Solo intentó quedarse solo aquel día.», o «Este me gusta más más que este.».

Los traductores deben prestar especial atención al traducir desde o hacia el español, por el bien de la claridad y coherencia de los textos, utilizando todas las herramientas lingüisticas apropiadas para facilitar la comunicación.

RAE El adverbio solo y los pronombres demostrativos

Teclado
Teclado

 

2 comentarios en “Desafíos ortográficos para el Traductor

  1. Coincido en que puede ser desconcertante la ambigüedad y espero que ese tipo de situaciones se puedan subsanar explicando que son textos escritos con anterioridad a la reforma ortográfica. Es un trabajo muy interesante el que haces, gracias por estar allí.

  2. Soy profesor de Lengua Española. Una parte importante de los materiales que uso en clase (textos, apuntes, papeles varios) son anteriores a la última reforma de la ortografía, de modo que presentan una acentuación que ya está obsoleta. Como me parece una falta de respeto dar a mis alumnos materiales con una ortografía distinta de la que yo les exijo cuando escriben, me esfuerzo por actualizarlos. Ahora bien, esto es válido para los apuntes escritos por mí o los textos traducidos de otras lenguas, pero ¿qué pasa con los textos originalmente escritos en español por escritores, periodistas, historiadores? Si la tilde de la palabra «solo» ha servido durante décadas para evitar ambigüedades y la suprimimos de un plumazo, pueden aparecer complicaciones semánticas indeseables.
    Un ejemplo. Julio Cortázar dice en «Circe» que «Rolo era un muchacho solo». Él lo escribe sin tilde, dando a entender que era «un muchacho solitario» y no «un muchacho simplemente». Pero eso lo sabemos porque el autor ha escrito el «sólo» con tilde en otros momentos del texto. Si la suprimo en todos los casos, surgirá una ambigüedad que Cortázar se había esmerado en evitar. Pero si las mantengo, desconcertaré a mis alumnos presentándoles textos escritos con ortografías distintas e incoherentes. ¿Qué hacer?

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